Son sistemas de producción de alimentos para el autoconsumo que contribuyen a mejorar la alimentación y la economía de los pequeños agricultores. Según su dimensión y nivel de productividad pueden llegar a proporcionar una variedad de alimentos de origen vegetal y animal durante el año.
Los productos del huerto y la granja permiten a la familia consumir su propia producción, lo que significa un ahorro con relación a su adquisición en el mercado. Además, se pueden generar ingresos adicionales por la venta de productos excedentes.
Para apoyar esta iniciativa de producción, Misión ILAC viene desarrollando un programa de huertos y crianzas de animales que van acompañados de actividades educativas que ayuden a las familias a apropiarse de conocimientos sobre nutrición, hábitos alimenticios e higiénicos que favorezcan su salud y su bienestar, disminuyendo el estado de desnutrición presente en niños, niñas y personas adultas.
Doña Niní es una de las mujeres beneficiadas con el proyecto. En su casa hay sembrado ajíes, repollo, recao y una pequeña granja de gallinas ponedoras, que utiliza en el consumo diario. “Esto es una bendición de Dios. Ahora puedo producir casi todo lo que consumo en mi casa y también regar y vender el excedente. Me alimento mejor y el dinero me rinde más”, expresa sin dejar de sonreír.
Ubicación del programa
Las comunidades beneficiadas con el plan agrícola están ubicadas en el Valle del Cibao Central, en las cordilleras Central y Septentrional de la República Dominicana. Casi el 70 por ciento de los campos tienen suelo rocoso fuertemente erosionado con grandes problemas de deforestación. En la mayoría de estas comunidades de montaña, el clima durante el año es de 20 a 12 grado celsius, adecuado para el cultivo de hortalizas con prácticas apropiadas de conservación de suelo. En estas áreas los campesinos viven de la agricultura, predominando el cultivo de café, habichuela y frutos menores.